Castilla-La Mancha ha acumulado desde enero a septiembre 229 millones de déficit, que supone el 0,45 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que en el mismo periodo del año anterior, se alcanzaron los 515 millones de déficit, el 1,09 % del PIB.
El conjunto de las administraciones públicas, salvo las corporaciones locales, acumularon un déficit entre enero y septiembre de 22.781 millones de euros, una cifra un 3,7 % inferior a la del mismo periodo de 2022 y que equivale al 1,56 % del PIB.
De acuerdo con los datos de ejecución presupuestaria publicados este jueves por el Ministerio de Hacienda, esta corrección se produce gracias al repunte de los ingresos, del 7,3 %, que ha sido superior al computado por los gastos, del 6,7 %.
Como es habitual, la mayor parte del déficit al cierre de septiembre se concentraba en la administración central, con 23.544 millones, un 35,7 % más y un 1,61 % del PIB, un incremento que se debe al efecto de la liquidación del sistema de financiación autonómica de 2021, que ha sido negativo para el Estado.
Precisamente este factor explica que la administración regional haya reducido en un 91,8 % su déficit, hasta situarlo en 509 millones, un 0,03 % del PIB. Solo seis regiones han registrado déficit: Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña, Madrid, Murcia y Comunidad Valenciana.
La Seguridad Social, por su parte, logró un superávit de 1.272 millones, un 0,09 % del PIB, frente al déficit del pasado año, gracias a los mayores ingresos por cotizaciones sociales y las transferencias recibidas del Estado.
El déficit del Estado hasta octubre baja un 5,7 %
Hacienda también ha publicado los datos de ejecución presupuestaria del Estado hasta octubre, diez meses en los que acumuló un déficit de 20.053 millones de euros, un 5,7 % menos que un año antes y un 1,37 % del PIB.
Este pequeño ajuste se produce a pesar del impacto negativo de la liquidación del sistema de financiación autonómica de 2021, realizado este año y que afecta tanto a los ingresos como a los gastos.
Entre enero y octubre, el Estado ingresó 222.917 millones de euros, un 0,4 % más, de los que 186.454 millones correspondían a impuestos, con un repunte del 3,1 %.
La mayor parte de este incremento de la recaudación, explica Hacienda, está relacionada con las nuevas figuras fiscales puestas en marcha este año, que aportan 3.934 millones: impuesto energético (1.644 millones), bancario (1.264 millones), sobre las grandes fortunas (621 millones) y sobre los envases de plástico no reutilizables (405 millones).
En materia de grandes impuestos, el IVA ingresó 73.496 millones, un 1,2 % menos, debido a las rebajas para productos energéticos y alimentarios; el IRPF, 43.401 millones, un 3,6 % menos, por el efecto de la liquidación regional, y el impuesto de sociedades, 2.846 millones, un 7,9 % más, por el aumento de los beneficios.
Por lo que respecta a los gastos, se redujeron en un 0,2 %, hasta los 242.970 millones, ante el menor desembolso en subvenciones (un 42,2 % menos), inversiones (15,4 % menos) y recursos propios de la Unión Europea basados en el IVA y RNB (13,7 % menos).
Por el contrario, crece el gasto en consumos intermedios (un 9,2 %, en parte por el mayor gasto electoral), remuneración de asalariados (un 4,3 %) e intereses de la deuda (un 5,6 %, hasta un total de 23.707 millones).