El presidente de Castilla-La Mancha y secretario general de los socialistas de esta región, Emiliano García-Page, ha reivindicado que «la camiseta del PSOE es la de la libertad» y ha asegurado que «lucha por que Puigdemont no le termine de colocar una camisa de fuerza a todas las instituciones del Estado».
De este modo se ha pronunciado García-Page en un acto de Toledo, donde ha alertado de que uno de los problemas que tiene el país es el frentismo y el populismo que, a modo de placebo, intenta dar solución a los problemas.
Por ello, ha pedido que el PSOE vuelva a ser el partido de los «grandes consensos» porque «nunca ha sido ni populista ni frentista», al tiempo que ha lamentado que hay quien considere un «sacrilegio» poder hablar de estas cuestiones, como él hace. «No te dejan. Enseguida te echan».
«Yo, como presidente de Castilla-La Mancha, la única camiseta que tengo es la de mi tierra. Pero como animal político, si quieren, como persona concienciada políticamente, siempre he tenido una sola camiseta, desde mucho antes de los que ahora las reparten. Siempre he tenido la misma camiseta. Y además he defendido la camiseta hasta el punto de conseguir siempre algún que otro trofeo», ha defendido García-Page.
«La camiseta del PSOE, y eso lo aprendí de niño, no es una camisa de fuerza, sino de libertad, donde además se pueden decir las cosas con el ánimo de mejorar. Es más, lucho por que Puigdemont no le termine de colocar una camisa de fuerza a todas las instituciones del Estado», ha insistido el presidente castellanomanchego, que ha criticado que se «esté poniendo de moda» que le «insulten».
«Se está poniendo de moda contestar a argumentos políticos con ofensas o con insinuaciones un tanto ofensivas. Eso no lo voy a hacer», ha asegurado.
CRITICA «LAS COMPANÍAS» QUE IMPIDEN DIALOGAR
El también secretario de los socialistas castellanomanchegos ha insistido en que los que tienen «como punto de encuentro la Constitución española», deberían tener claro que, a raíz de la profunda crisis surgida en 2007, se ha sustituido un «bipartidismo imperfecto por una lucha de bloques que es mucho más fratricida, que impide el diálogo entre unos y otros por el simple hecho de que no te dejan las compañías».
En esta línea ha abundado en que el PSOE, en sí mismo no es un partido ni populista ni frentista, que ha capitalizado y ha querido vertebrar siempre con grandes consensos y grandes mayorías, «pero en la misma medida en que las compañías te tiran fuera del perímetro, te erradican o intentan hacerlo, cunde la imposibilidad de acuerdos en el terreno de juego, en la parte central, donde la gente se junta, que son las plazas públicas», ha reprobado.
Tras condenar que España se esté acostumbrado a vivir con esa «dolencia» en su salud política, ha alertado de que esto «no se puede hacer crónico» y ha pedido «dar la batalla a ese frentismo que incuba y al mismo tiempo se alimenta de un populismo enormemente barato».
«Es dramático, porque el populismo además ha cogido tintes transversales y se ha colado incluso dentro de los propios partidos políticos», ha señalado García-Page, que ha reclamado «ánimo crítico y saludable para combatirlo, si lo queremos curar».
No obstante, ha dicho «ser optimista», pues, según ha recordado, España ha pasado por situaciones «enormemente dramáticas en su etapa democrática» y , sin tener los grandes elementos naturales que otros países, es hoy es «una de las grandes potencias del mundo».
«Viniendo de donde venía, hace escasamente unas décadas, no estábamos ni en la Unión Europea y para muchos estábamos en Marruecos, no hoy precisamente», ha concluido, en alusión al viaje oficial que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha iniciado este miércoles al país vecino.