Pedro Luis Cuesta Pedraza ha obtenido el Premio Provincia de Guadalajara de Narrativa ‘Camilo José Cela’2024 con su primera novela, titulada ‘Cuando las piedras hablan’.
La acción de ‘Cuando las piedras hablan’ se localiza en el municipio de Hiendelaencina, durante el siglo XIX, en la época en que el descubrimiento de sus minas de plata cambió la historia de esta localidad de la Sierra Norte y sus alrededores.
Es una obra cuyas páginas avanzan con agilidad, pintando con palabras las costumbres de la época, sus fiestas, sus viviendas de piedra y sus pucheros al fuego, sin olvidar las duras labores mineras. El autor, a través de individuos ficticios, va presentando a destacados personas reales y honrados, el descubridor y sus seis socios, el maestro, el cura y el alcalde.
Otros personajes, tan reales como los anteriores, pero más importantes y menos honestos, también desfilan por la novela, buscando aumentar sus fortunas sin esfuerzo. Dueños de marquesados, condes y vizcondes, políticos y militares, y hasta un nieto del pintor Francisco de Goya, se entremezclan con unas muertes demasiado coincidentes, con unos malhechores que, también atraídos por el brillo de la plata, planifican con sigilo quién sabe qué, y con una mujer de la que no se sabe nada, pero que de algo se esconde.
Pedro Luis Cuesta Pedraza, nacido en Madrid en 1964, tiene vivienda en Hiendelaencina, donde ha situado la acción de su novela, y padece una discapacidad visual ocasionada por una enfermedad genética ocular, la retinosis pigmentaria. A los 36 años, esta discapacidad visual le convirtió en pensionista y, a partir de ese momento, “como afición y sin mayores pretensiones”, según sus propias palabras, empezó a cultivar la escritura de pequeños relatos y cuentos cortos.
‘Cuando las piedras hablan’ es su primera novela y también la primera obra que presenta a un concurso literario de cualquier tipo. Sobre la inspiraciónque le llevó a crear esta historia, Pedro Luis Cuesta Pedraza explica que “con casa propia al pie de la Sierra Norte de Guadalajara, fueron los aires serranos los que me animaron, con el fin de que no caiga en el olvido el esplendor que tuvieron, a escribir una historia sobre las antiguas minas de Hiendelaencina”.