En Ciudad Real se ubica el Parque Arqueológico de Alarcos, declarado como tal en el año 2003. Está formado por un núcleo localizado en el yacimiento de Alarcos y su entorno (BIC en 1992), y el yacimiento arqueológico de Calatrava la Vieja (Carrión de Calatrava).
Yacimiento de Alarcos
Alarcos es un oppidum ibérico que abarca desde la Edad del Bronce hasta el final de la Edad Media; se pueden apreciar vestigios de la cultura del bronce, restos iberos y medievales (caso del castillo y la ermita gótica) que se pueden visitar. Un lugar estratégico en el margen izquierdo del valle del río Guadiana, zona de paso natural entre el centro de la Península Ibérica (Montes de Toledo) y la Alta Andalucía (Sierra Morena) a 8 kilómetros de Poblete, aunque pertenece al término municipal de Ciudad Real.
El lugar es conocido por desarrollarse a sus pies la batalla de Alarcos, pero parece ser que el primer poblamiento se produce en el Bronce Pleno, con la construcción de un poblado en la parte más occidental del cerro, dominando el paso del río Guadiana y controlando los accesos hacia Andalucía y Extremadura. Este asentamiento se extiende por los afloramientos cuarcíticos hasta la Alcazaba, en cuyo lado oeste se han documentado restos de muros circulares y cerámicas a mano.
El paso del Bronce Final-Hierro I a la II Edad del Hierro se caracteriza por la formación y desarrollo de la cultura ibérica oretana en Alarcos. Es a finales del siglo V a.C. cuando la cultura ibérica está plenamente formada, alcanzando entre los siglos IV-III a.C. un desarrollo espectacular, tenía un complejo sistema urbanístico. La ciudad evoluciona pero con las mismas características constructivas: plantas rectangulares, muros con base de mampostería y alzado de adobe, pavimentos de tierra. A partir de los siglos IV-III a.C. fecha se produce un progresivo abandono de la misma, desgranan desde Cultura de Castilla-La Mancha.
Siglos más tarde se conoce que “Mutamid de Sevilla entregó la ciudad para el matrimonio de su hija con Alfonso VI. Cedida más tarde por los cristianos, Alfonso VII se la arrebató a los musulmanes en 1130 para después volver a perderla y volverla a recobrar en 1158 aunque convertida en un montón de ruinas”, cita el Decreto de Declaración B.I.C. 61/1992, D.O.C.M. de 28 de Abril 1992.
Es a mediados del siglo XII, cuando Alfonso VIII inicia la construcción de una ciudad de nueva planta, con muralla, castillo y foso. El sitio es conocido por desarrollarse a sus pies la batalla de Alarcos, el 19 de julio de 1195, que enfrentó a las tropas cristianas y almohades en tiempos de la Reconquista cristiana, cayendo en manos almohades tras la pérdida de la batalla de Alarcos. Alarcos sería reconquistada tras la victoria en la batalla de las Navas de Tolosa, una fecha en la que comienza su declive y todos los intentos de repoblación resultaron fallidos. “Alfonso X, siguiendo la opinión de sus antecesores de que sólo una población grande podía custodiar de forma permanente la vía de unión entre Castilla y Andalucía frente al creciente poder de las Ordenes Militares, otorgó el 20 de febrero de 1255 la Carta Puebla a la Aldea de Pozo Seco de Don Gil, perteneciente al término municipal de Alarcos, dándole el nombre de Villa Real”, actual Ciudad Real, desgrana el Decreto de Declaración B.I.C. 61/1992, D.O.C.M. de 28 de Abril 1992.
Trabajos de excavación
Los trabajos de excavación que se vienen realizando en el yacimiento de Alarcos “comenzaron en 1984 por Antonio de Juan, posteriormente director del Parque Arqueológico. En 1997 la Universidad de Castilla-La Mancha, con un equipo dirigido por Mª del Rosario García Huerta, empieza a excavar en uno de los sectores, sector III”, detalla a InfoCLM la directora científica del Parque, Mª del Rosario García Huerta, quien señala además que actualmente “se está trabajando en el castillo y la necrópolis almohade. Y en el sector III de época del Bronce Final, ibérica y medieval”.
Qué ver y visitar
“Se puede visitar todo el yacimiento”, subraya García Huerta y en el que se pueden apreciar “los restos medievales: muralla, castillo y una necrópolis almohade. La ermita medieval de Alarcos, en la que se celebran ceremonias religiosas y antes de la pandemia, también conciertos en verano, en julio, rememorando la batalla de Alarcos. También se ven los restos ibéricos: espacios domésticos, almacenes, calles, y el santuario ibérico. También se puede hacer la ruta virtual de la batalla de Alarcos”.
Cabe destacar además un santuario ibérico, que comenzó a excavarse en 1984. Una zona en la que aparecieron más de medio centenar de exvotos de bronce localizados en torno a una gran estructura rectangular maciza, rota en dos de sus lados por la muralla medieval. Además, los estudios señalan la existencia de, al menos, dos necrópolis: la primera de en torno a los siglos VII-VI a.C. consta de 6 tumbas en hoyo simple; y la segunda no ha sido excavada.
A partir de 1190 data la construcción en Alarcos de una ciudad medieval, rodeada por una muralla con una superficie de 33 hectáreas de la que se ha descubierto una parte permitiendo conocer su sistema de construcción dando prioridad a la roca madre.
En el centro de la ciudad se localiza el castillo sobre niveles de época ibérica y anteriores, en este lugar se construyó en época islámica un castillo. El exterior del castillo es una reconstrucción de Alfonso VIII. Situado sobre una plataforma artificial, es un edificio de planta rectangular con nueve torres y un foso.
Cabe resaltar el Santuario de Nuestra Señora de Alarcos, ermita dedicada a la Virgen de Alarcos abierta al culto, ubicado dentro de las murallas de la antigua ciudad de Alarcos. Fue fundado durante la época de florecimiento de Villa Real, destacando sobre su puerta un rosetón de tracería.
Yacimiento Calatrava la Vieja
El yacimiento de Calatrava la Vieja, o lo que es lo mismo, una fortificación islámica ubicada en Carrión de Calatrava, sobre un importante cruce de caminos ya que por Calatrava pasaron, hasta mediados del siglo XIII, la ruta principal entre Córdoba y Toledo, y los caminos de Mérida a Zaragoza y del Atlántico a Levante, lo que generó en torno a ella un intenso tráfico comercial y la convirtió en punto clave del sistema defensivo de la Meseta, destacan desde Cultura Castilla-La Mancha.
La primera noticia documental de su existencia data del año 785 pero no fue a partir de 853 cuando se convirtió en el principal punto de apoyo del poder central cordobés en la zona, siendo el lugar más poblado entre Córdoba y Toledo hasta principios del siglo XIII.
Tomada por Alfonso VII en 1147, se convirtió en la plaza cristiana más avanzada frente al Islam. Después de fracasar la encomienda otorgada a los templarios, fue concedida por Sancho III a la orden del Cister (1158), lo que dio lugar al nacimiento de la primera orden militar autóctona de la Península Ibérica, que adoptaría el nombre propio de la plaza. Perteneció al reino de Castilla hasta que los almohades la recuperaron para el Islam a raíz de su victoria en la batalla de Alarcos (1195). Alfonso VIII la retomó definitivamente pocos días antes de la batalla de las Navas de Tolosa (1212). A partir de entonces, Calatrava inició su decadencia, no era ya la sede adecuada para la Orden, cuya cabeza se trasladó en 1217 al castillo de Dueñas, rebautizado como Calatrava la Nueva. En la primera década del siglo XV, la sede de la encomienda de Calatrava fue trasladada a Carrioncillo (hoy Carrión de Calatrava).
En el yacimiento se puede apreciar la Medina, con una extensión de algo más de 4 hectáreas ocupando la mayor parte del recinto amurallado, está completamente rodeada por una muralla que contaba con alrededor de cuarenta torres de flanqueo. El Alcázar con una extensión de aproximadamente 3.500 metros cuadrados posee una extraordinaria complejidad urbanística y destacan el aljibe islámico, dos grandes edificios adosados al trasdós de la muralla norte -también islámicos-, una posible sala de audiencias de época taifa, los cimientos de la iglesia templaria, la iglesia de los calatravos, tres hornos de producción de cerámica, una fragua, y un conjunto de edificios domésticos y administrativos pertenecientes a la Encomienda de Calatrava que datarían entre las primeras décadas del siglo XIII y comienzos del siglo XV.
El yacimiento de Alarcos y de Calatrava la Vieja forman parte así del Parque Arqueológico de Alarcos y por ende de la Red de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha, que en la actualidad lo conforman los parques de El Tolmo de Minateda, en Hellín (Albacete); Recópolis, en Zorita (Guadalajara); Carranque, en la misma localidad (Toledo); Segóbriga, en Saelices (Cuenca) y Libisosa, en Lezuza (Albacete).
