El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha dicho que los agricultores franceses «se están portando de una manera enormemente egoísta» y ha aconsejado llevar las reivindicaciones a Bruselas en lugar de «pelear» agricultores de unos países y de otros cuando a realidad es que «todos aplican las mismas normas».
A preguntas de los periodistas este jueves en Seseña, García-Page ha dicho que comprende el «desazón» y el «disgusto» que tiene el mundo agrario, pero ha pedido enfocarlo de la forma correcta.
Al respecto ha dicho que «llama la atención» que los agricultores franceses reclamen a su gobierno suprimir la obligación de que el 4 por ciento de sus tierras roten en barbecho, un porcentaje que «en nuestra tierra» alcanza el 25 pro ciento e incluso se ha pedido llegar al 40 por ciento de barbecho para mejorar la fertilidad de la tierra.
«En Francia hay agua y quieren aprovechar hasta el cien por cien. Pero se están equivocando de tiro. Creo que es bueno que los agricultores se movilicen, pero que se movilicen no discutiendo con otros agricultores de la Unión Europea sino que se movilicen para que Europa esté protegida ante la competencia desleal en terceros países», ha señalado.
García-Page ha admitido que la UE se ha vuelto «muy exigente» en aspectos como la agricultura ecológica o los productos fitosanitarios y se imponen «muchas exigencias al campo europeo» aunque, al mismo tiempo, entran productos de otros países que llegan sin esas «exigencias».
«Entiendo que se produzca desazón y entiendo perfectamente el disgusto del mundo agrario. Y eso hay que llevarlo a Bruselas, pero no hay que pelear agricultores de unos países y de otros porque aquí todos aplicamos las mismas normas. No tiene sentido ninguno», ha asegurado.
El Gobierno de Castilla-La Mancha está en contacto con las organizaciones agrarias y con el ministro Luis Planas, de quien ha dicho que «afortunadamente» conoce «muy bien» la situación y es un «gran» experto en política europea.
García-Page ha confiado en que las reuniones que se mantienen en Bruselas alcancen un acuerdo y ha señalado que, precisamente, la transición ecológica es lo contrario a revolución, es decir, transición es acometer los cambios «poco a poco» en lugar de hacerlo por la vía rápida.
Con todo, ha dejado claro que «nada» justifica tirar mercancía de los camiones, algo que «no es defendible» y para lo cual están las fuerzas del orden: «Y si condenan a los agricultores franceses por desorden algún día les pondrán incluso amnistiar, no pasa nada», ha apuntado.