El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha apostado esta mañana por “reconstruir la España moderada” a base de grandes consensos que garanticen la “competitividad, a medio y largo plazo” del país. A este respecto, ha señalado que “hay que perderle el miedo a hablar con claridad de que hay que recuperar consensos” y ha rechazado “la política de muros” en favor de “trazar puentes”.
En estos términos se ha pronunciado en Madrid, en la sede del Grupo Vocento, donde ha insistido en la conveniencia de “reducir los populismos” ante “la prueba a la que se está sometiendo a la Constitución” que ha calificado como “muy aguda”. En este sentido, ha defendido la vigencia de la Carta Magna frente a sus “enemigos evidentes que se comportan como caballos de Troya, desarticulándola”.
“El gran propósito que tendría que tener el país es ir deshaciéndose sin trauma de los populismos que nos invadieron” tras la crisis financiera del año 2007, ha aseverado el jefe del Ejecutivo castellanomanchego, que ha reclamado que “volvamos, no sin cambios o reflexiones, a un modelo de estabilidad, de consensos, un modelo constitucional”, ha relatado, que esté alejado de “radicalidades absurdas”.
En este marco, ha advertido de que “si se cronifica el desencuentro político permanente” será inevitable “que el ruido político no pase factura”. En este sentido, ha abogado por “llegar a un consenso global sobre un pacto de competitividad en España”. Todo ello, ha continuado, “requiere de coraje, de valentía” y no “insultar, atacar y dar patadas”, porque “lo facilón es hablar solo para un 30 por ciento del país, lo verdaderamente importante es poder llegar a consensos y para eso se necesita mucha fuerza y bastante inteligencia”.
En defensa de amplios pactos sobre energía e infraestructuras
Paralelamente, el presidente regional se ha referido a las “oportunidades potentes” con las que cuenta España para ser más competitiva, tal es el caso de la energía, porque “ahora podemos plantearnos realmente ser autónomos y soberanos en la energía”, ha incidido en relación con un asunto estratégico sobre el que “hay que pactar sobre infraestructuras, procedimientos, límites e incluso sobre qué hacer con la energía”.
En materia de infraestructuras, también ha apostado por “un acuerdo de fondo” después de la desinversión producida en las últimas décadas debido a “las sucesivas crisis”. “España tiene que adelantarse a un nuevo salto y diseñar nuevos planteamientos que afectan a la movilidad de las ciudades” y a la “gestión de los transportes”, ha insistido.
Una financiación autonómica basada en las “competencias básicas”
Sobre la necesaria revisión del modelo de financiación autonómica, Emiliano García-Page ha propuesto “establecer un debate más allá de cuánto” porque es “un debate de cómo” debe producirse el reparto entre territorios para “tener condiciones de igualdad”.
En este contexto, ha solicitado que el futuro modelo tenga en cuenta “las competencias que tenemos todos y que son básicas”, dado que no es posible “establecer singularidad ninguna al tratamiento del cáncer en una región de España respecto de otra”, ha ejemplificado. Todo ello, ha advertido, habrá de llevarse a cabo en el marco de un “debate sincero y sereno, no atropellado” que, además, tenga “continuidad” en “mesas de diálogo más constantes”.
Descartado el modelo ‘Meloni’ para acoger inmigrantes
Preguntado sobre la intención del Gobierno de España de convertir el aeropuerto de Ciudad Real en un centro de acogida de inmigrantes, García-Page ha reiterado la “clara ilegalidad” de la iniciativa que “no se puede amparar políticamente”, ha apostillado en alusión a un asunto que se debe abordar con un “consenso en Europa y en España” y “sin complejos, ni populismos” sobre la “realidad evidente” que no es “un problema de solidaridad, es un problema de sentido común”.
Castilla-La Mancha, alejada del “clima general” del país
En su intervención, el jefe del Gobierno autonómico ha descrito, además, una “realidad regional boyante” marcada por la “llegada permanente de empresas, muchísimas de capital extranjero, el crecimiento del empleo, bajadas históricas del paro o cambios en materia energética espectaculares” en el marco de una “sensación estabilidad, de normalidad” que se contrapone con el “clima general” del país.