La expareja de uno de los dos acusados del homicidio de un vecino en Alborea (Albacete), a cuyo domicilio los encausados han reconocido haber entrado para intentar robar, ha declarado este martes que él -I.M.- le reconoció, la noche de los hechos, que «había entrado y le había dado 100 puños».
Ha aseverado que el acusado, que en ese momento ya no era su pareja pero con el que seguía hablando, al confesarle esto le dijo «que no se te vaya la lengua, porque a mi me van a meter en la cárcel, pero a tus hijos y a tu nieta los mato» y ha aseverado que «me quedé que aún no he reaccionado».
«Yo estoy asustada porque lo veo capaz de cualquier cosa», ha reiterado.
Ha sido una de las declaraciones que ha tenido lugar en la sesión de este martes, en el juicio que se sigue en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete, con jurado popular.
La expareja de I.M. ha precisado que el acusado sí le reconoció que entró a la propiedad de la víctima -que tenía 70 años cuando murió- acompañado del otro de los acusados.
Ha expuesto que ella en ese momento ya vivía en Valencia, no en Alborea, pero que cuando su vecina la llamó para contarle que habían encontrado muerto al señor, llamó a su expareja «y le dije que lo habían matado, aunque ni me contestó. Se quedó igual».
Ha lamentado que en el tiempo que estuvo con él «me mentía muchísimo».
La sesión ha terminado con el testimonio del instructor de la Guardia Civil que llevó a cabo el primer atestado, después de que un sobrino de la víctima encontrara el cuerpo sin vida del hombre, que ha precisado que el certificado médico corroboró que «el fallecido presentaba signos evidentes de violencia».
Ha relatado que la vecina que vivía en la casa de al lado les dijo que la noche de los hechos le pareció ver la sombra de dos hombres en su patio.
El juicio seguirá este miércoles, y está prevista la declaración de más agentes de la Guardia Civil que formaron parte de la investigación.
Los hechos ocurrieron en 2014 y los acusados fueron arrestados ocho años después, por la Guardia Civil, uno de ellos en Reino Unido y el otro en Rumanía, y se encuentran desde entonces en prisión provisional.
